La cuarentena vino, y no se ha ido. A mucha gente le ha gustado, a otra no.
En cuánto a mí, fue una bendición inesperada, a pesar de que sé que es un privilegio enorme el decirlo.
En cuanto cerraron la escuela, supe que ya no iba a lidiar con gente ruidosa que no comparte mi cerebro.
Maestrxs que no presumen mi competencia (ya he hablado de eso)
Compañerxs de equipo que me exigen demasiado, o muy poco.
Hermanas que sutilmente ven con malos ojos la diversidad religiosa.
Instalaciones antihigiénicas, antiguas, y algo escalofriantes.
Y, a decir verdad, he hecho bastantes cosas que nunca pensé hacer:
*Aprendí más sobre la diversidad humana
*Mi autoestima se alzó
*Intenté nuevas cosas, desde ver nuevas series, preparar nuevas recetas, descargar nuevos juegos, intentar nuevas combinaciones de ropa, aprender distintas cosas (descargué más de 50 libros, y tengo una libreta entera de apuntes de distintas pláticas), plantar varias cosas, hacer nuevas rutinas de ejercicios, tratar de mejorar en viejos y nuevos pasatiempos, etc.
* Ayudé a quien lo necesitaba. Desde ponerme a hablar sobre lo importante que es cuidar de la gente que más lo necesita hasta crear unos poemas para solidarizarme con estas personas, a pesar de mis pocos recursos creo que lo que alcancé a hacer contó.
*Aprendí a ser algo más independiente
* Disfruté pequeños placeres, como ciertas comidas, pláticas con diversxs conocidxs, videos graciosos, etc.
*Aprendí a cuidar de mi salud y sus esferas
Y muchas, muchas otras cosas.
Sin embargo, sé que varias personas no la pasan bien. Desde la gente que teme por ella misma o por sus parientes que están en el hospital, hasta la gente afroamericana en EUA, pasando por la comunidad de la diversidad sexual o la gente indígena que lucha por los últimos rincones de las selvas, o las niñas que están en entornos abusivos, sin olvidar a la gente que no tiene recursos o lxs estudiantes sin acomodaciones, mucha gente no es feliz. Trato de pensar que soy afortunada por ser feliz.
Creo que esta cuarentena vino para cambiar mi vida, hacerme crecer como persona, dentro y fuera, para mí y para el mundo.
¿Sobre la escuela? La recordaré, pero no a toda la gente que por ella pasó. No siento nada conforme a mi graduación. Iba, de todas maneras, a ser invisible.
Y ahora, aquí, soy visible.
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