Cuando la pandemia comenzó, una de las primeras cosas que se dijeron fue que habrían clases en linea. A algunos, con razones más que válidas, les pareció una condena, pero, a mi me pareció espléndido. Ya no habría tanbto ruido, ni necesidad de encajar, podía ponerme lo que me gustara... era, sin duda alguna, algo fantástico. Al principio estaba nerviosa. No sabía como organizaría todo el tiempo que tenía en mis manos. Pero luego me di cuenta que tener tanto tiempo era algo fantástico: Aprendí cosas que no enseñaban en los colegios, reflexioné sobre mi identidad y conocí gente maravillosa. No habían tantas presiones de soportar ruidos incómodos, socializar con gente que simplemente no parecía aceptarme, o de hacer trabajos en los cuales iba a tener que poner toda mi energía emocional (la cual sabía que no sería premiada). De este modo, me sentía menos estresada y no sentía los terribles efectos del eccema o la dermatitis debido al estrés. Tenía menos dolor, y me sentía bien c...